5 de diciembre de 2013

bien

Todo está bien, ¿no lo ves?

Respiro.

7 de noviembre de 2013

20 cosas

1. Escuchar demasiado a menudo nuestros susurros grabados del móvil.
2. Ver, demasiadas veces, todas tus fotos de facebook. También las que tu hermana tiene de ti.
3. Mirar tus pies grandes, cuando estás descalzos. Imaginarlos trepando árboles y atravesando continentes.
4. Meter mi mano dentro de tu pelo. Imaginar que me escondo dentro, y te asusto un día.
5. Mirar tus manos. De dedos cortos, pero robustas, y con demasiado que contar.
6. Sentir cómo te pegas a mi cuerpo, como desaparece el aire, al hacer el amor.
7. Mirar de reojo siempre cómo acaricias a tu gata. Pensar que acaricias muy bien. Que quiero que lo hagas conmigo.
8. Lamerte la cara. Cual vaca. Con mucha saliva.
9. Poner nuestralista* de spotify y que todo sea como siempre.
10. Ver las fotos de Marruecos, y hacer un copy-paste mental nuestro en cualquier otro lugar del mundo.
11. No hacer cosas que siempre hemos querido hacer para que siempre queden cosas por hacer.
12. Abrir whatsapp para escribirte, y no hacerlo.
13. Buscar vuelos a lugares remotos. Para dos pasajeros.
14. Tener una lista secreta donde anoto todo lo que admiro de ti.
15. Cambiarte de nombre en mi móvil, según cómo estés de cerca.
16. Estar sentada en el autobús, recordar/sentir el tacto de tu piel en mis manos. Echar la cabeza hacia atrás, cerrar los ojos.
17. No mirar el plano colgado en tu habitación. Apagar rápido la luz.
18. Decir a la gente "akm" y que no lo entienda. Me miren raro. Me río. Pienso que nos reímos.
19. Hablarte del horóscopo, porque te enfadas mucho, pero sabes que coinciden muchas cosas.
20. Pintarme los labios. Cuando te voy a ver.

29 de septiembre de 2013

No hay culpas, hay distancias.

Jueves por la noche. Lavapiés, Madrid
Voy a buscar ávidamente esa poesía sin piel, pecado, beso, labios, tus ojos, sin sueños, sin olvido, eterno, frío, vida, noche, cuerpos, deseo.
Varios tercios de cerveza, la puerta abierta. Ya hace frío en la calle. Mi cuerpo sabe desde hace semanas que ha llegado el otoño. Me pasa la factura de los besos sin dar y me recuerda que debería comprarme un buen abrigo para este año.