31 de mayo de 2011

amo[r]

Por ese amo[r]dio mutuo, constante, tan cercano. Como si siempre hubiera estado ahí. Tan doloroso que soy más yo que nunca, que puedo sentir cada poro de mi piel, cada estremecimiento, cada músculo tensándose por mil sonrisas. Casi siento el mismo placer cuando algo acontece que cuando lo estoy [d]escribiendo –quizás más durante lo segundo-. El teléfono no deja de sonar. Un promesa de vino granate y de cristal. Quizás con queso. Es el momento en el que unos placeres suplen a otros, se complementan, mentan, tan… tan lejos y tan cerca, como ayer mismo de mercado en mercado, de ilusión en ilusión. Y tanta poesía, contigo siempre, si lo sabes, si no paro de decirlo ¡cómo parar!

Sólo cuando piensas que algo impensable puede suceder, será cuando suceda. Sólo queda dar las gracias, a esos sucesos y personas que nos llevan a límites insospechados desconchados a cada soplo. Sólo queda darles las gracias, porque son una fuente interminable de razones por las que escribir.

3 comentarios:

dany. dijo...

"Sólo cuando piensas que algo impensable puede suceder, será cuando suceda"... parece una frase sacada de el viaje de chihiro. me encanta.

Anónimo dijo...

Me gustas.
Sin comentarios.

marzo* dijo...

Con comentarios, por favor.