13 de mayo de 2011

gracias por darme razones

Una vez, dos veces, tres. Las cosas no hay que dejarlas pasar, hay que asumir que han pasado. Que todo se mueve, cambia, que vuelve, que se remueve. Otras es mejor dejarlas donde están, en esa zona entre el miedo, el recuerdo y la resaca.

El ejercicio del ego, bajo un marco referencial de citas, notas, claves que tocas… y te sumerges en la indecencia de pensar que no todo da igual, que es posible y necesario otorgar al mundo un magnánimo e interesadamente desinteresado evento de amor hacia el prójimo [= a uno mismo] perseverando en la lucha por la idea de no permitir la absoluta frugalidad de los actos, de las interrelaciones e interdependencias. Que esto sirva como manifiesto inocuo de alta sustancia radioactiva, llena de amor –de este de color rojo #990000-. Escribo por no ahogarme.

1 comentario:

Unknown dijo...

Joder, te había dado por perdida!